No voy a decir que era fiel seguidora de Philip Seymour Hoffman ni que he visto todas sus películas como comúnmente sucede cuando alguien muere; es más, quizá sólo vi a lo mucho un 15% de ellas.

Siendo completamente sincera su físico no era del todo agradable para mi, y no se trata de que haya sido atractivo o no, sino de esa sensación agradable o no que te puede dejar una persona al verla, quizá sea algo difícil de explicar pero seguro ustedes me entienden. Lo que no puedo negar es que fue muy buen actor y que sus actuaciones en “Doubt” y “The Master” fueron las que se quedaron grabadas en mi mente por ser extraordinarias.

Ahora leo un texto que le dedica James Franco y me ha dejado un poco encantada el saber que, primeramente, Franco escribe y lo hace bien; bueno, quizá el editor de la revista donde publica haya metido su arte más de la cuenta, pero me resulta fascinante la forma en que lo dibuja y se expresa de él.

Dice Franco que por todo el increíble arte que nos dio la vida le hubiera podido otorgar una segunda oportunidad; estoy de acuerdo así como que todos (o casi todos) la merecemos; pero pensando un poco más allá quizá la vida ya le había otorgado más de una en el pasado, quizá.

Les comparto el texto por si les interesa: 

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