«Que tontos son aquellos que se alejan de lo que es real, verdadero y duradero y en cambio persiguen las formas fugaces del mundo material, formas que son simples reflejos en el espejo del ego.» – Han Shan.
Veo al mundo virtual como un reflejo del mundo real. No es coincidencia que la banalidad y el afán de protagonismo se observe día a día tanto en la realidad como las redes sociales. La estructura de algunas de éstas, tal es el caso de Facebook y Twitter, invitan al usuario a convertirse en una persona con la necesidad de exaltar su ego y de provocar su vanidad.
La sociedad dicta que mientras más tienes, más eres. Es común que algunas personas acepten como amigos virtuales a aquellos compañeros de kinder con los que compartieron el sándwich y no han vuelto a ver en 20 años, a la amiga de la prima, al sujeto que se encontraron en la fila de pago en el supermercado, a la que fue a la misma universidad pero con la que nunca cruzó una palabra o hasta al perro de su amigo, sí, porque hay animales con cuentas en las redes sociales; lo anterior con el fin de lograr tener un mayor número de amigos, hacer notar que es más popular que otros, y, por lo tanto, ser admirados por ello.
Tener más amigos o seguidores virtuales alimenta el ego de las personas, pero en realidad estas son en su gran mayoría amistades poco profundas, ligeras y frívolas, sin un impacto profundo en el individuo.
Algunos otros se alimentan su ego publicando en cual restaurant carísimo están comiendo, el menú a degustar, fotos de su último viaje a Dubai, el auto último modelo o el teléfono celular de moda que acaba de adquirir, fotos de él (ella) mismo (a) en su pose más sexy (adjetivo adquirido según su perspectiva). Las anteriores son conductas que si se repiten constantemente pueden resultar socialmente desestabilizadoras como exhibicionismo y explotación de él mismo, ensimismamiento, vanidad y superioridad ante los demás.
Pero vamos a ser sinceros, ¿a quién no le gusta ser adulado y recibir comentarios favorecedores a respecto de su persona? A mi sí, y a la vez pienso que este comportamiento es totalmente normal en cualquier ser humano, aquí el problema radica en el exceso, personas que se obsesionan con la autoimagen y todo es acerca de sí mismos “este soy yo”, “poseo”, “digo”, “tengo”, “puedo”. Narcisismo puro, lúgubres hechos.
Muchos se preguntarán ¿en dónde radica el problema de ser narcisista? Creo que este tema tiene mucho de fondo. Este tipo de comportamiento tiende a crear una cultura en donde si no eres bien aceptado por la sociedad no eres nadie, donde la meta es pertenecer y recibir la aprobación de los demás para poder ser, lo que puede provocar que, si no logras ser admitido en tal círculo, tenderás a desarrollar problemas de depresión y autoestima.
Creo que hay que volver a lo básico, a ser humildes y sencillos, a ser por nosotros mismos y no por los bienes materiales o cualidades que tengamos. No es necesario ser exhibicionistas, los demás advierten nuestras características sin necesidad de hacer alarde de ello.
Texto publicado en SDPnoticias.com el 22 de Marzo de 2012 – http://tiny.cc/6hdlbw