Texto publicado en SDPnoticias.com el 22 de Junio de 2011 http://tiny.cc/ax9wt
Es un hecho que las redes sociales en Internet nos dan la oportunidad de estar en contacto con muchos conocidos, amigos, familia, ex novios(as). Pero ¿qué pasa cuando una de las partes busca algo más que una simple relación de amistad? ¿Qué pasa cuando un hombre o mujer comprometidos en una relación llámese de noviazgo o matrimonio es provocado o provoca el establecer una relación amorosa o de tipo sexual con un tercero?
Esto sucede cada día más y más en las redes sociales. Me contó la prima de una amiga, que un amigo de ella, comprometido y a unos pasos del altar, la contactó a través de una red social insinuándosele de manera amorosa, argumentando que en su relación de pareja no tenía lo que él necesitaba, y que buscaba “algo más” y provocando una conversación que cada vez más se convertía en algo que pudiera llegar a ser ilícito. Mientras que en dicha red social él y su pareja se mostraban más que felices en fotos y mensajes aparentando ser la pareja más dichosa del universo. Aquí es donde me pongo a pensar que obviamente algo anda muy mal. ¿Será cierto que su relación no es buena? ¿Será que este hombre solo busca diversión inmediata y por un rato?
No quisiera juzgar si considero que este tipo de acciones son buenas o malas, no quiero ahondar en lo que es correcto o no…
El tener cada vez más a la mano contacto con otros, sin duda nos da la oportunidad de provocar o ser provocados, de engañar y /ó ser engañados, de sucumbir en la tentación momentánea o permanente.
Aún más, dicen las estadísticas que alrededor de un 30% de estas relaciones que empiezan como un juego en internet se vuelven relaciones reales.
Hace poco leía una nota acerca de un caso real en Estados Unidos, un matrimonio que ya tenía problemas maritales y estaba en proceso de divorcio, la esposa creó una cuenta ficticia en Facebook haciéndose pasar por una chava de 17 años y agregó como amigo a su esposo. Éste a su vez, cayó en la trampa, la chava lo empieza a provocar, empiezan a tener una ciber-relación (sí, acabo de crear este término), llegando al punto en que el esposo le propone a la chava escaparse, lo cual representaría un delito ya que ella es una menor de edad, además de que le comenta a la chava que está en proceso de divorcio y que le puso a su esposa una cámara dentro de su vehículo y un chip para rastrearla y vigilarla, entre otras confidencias que le hizo. Ambos hechos fueron presentados en la corte estadounidense por la esposa en contra del individuo.
Y antes de que digan que sólo pienso que los hombres pueden ser infieles, les comento que sorpresivamente es casi igual el porcentaje de mujeres que engañan a sus parejas cibernéticamente que un hombre.
Vale la pena mencionar también los daños que puede llegar a tener una relación de pareja cuando se presenta este tipo de escenarios: Ambos tienen su página de Facebook, empiezan una relación de noviazgo, él indica en su perfil que sigue siendo Soltero, ella a su vez pone que su estatus civil es “En una relación con…” Ella se da cuenta del hecho: ¡Arde trolla! Se empiezan a desatar los celos, las suposiciones: “Si, ha de ser porque tienes agregada como amiga a tu ex y te interesa”, “Has de andar con alguien más por eso no quieres poner en facebook que eres mi novio”, entre otros, los cuales pueden llegar a ser verdad o una total mentira, ya que en lo que estoy de acuerdo es que el género masculino es mucho más despreocupado de esos detalles de indicar estatus civil o poner la fotito de pareja que una mujer, en general.
¿Ustedes qué piensan? ¿Se le puede llamar engaño si la relación que se está estableciendo con el tercero(a) es a través de una computadora o medio electrónico o teléfono celular? ¿Y tú estás libre de pecado?