Llámame «amor» con cada palabra y en cada silencio,
en cada acción, en cada olvido y en cada beso.
Mis entrañas me invocan a amarte,
muy dentro de esto que muchos llaman indiscriminadamente mundo,
fuera de todo entendimiento y cordura.
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Pídeme olvido cuando sea necesario para sacar todo aquello que nos sobre,
para hacer que todo ello se vaya a la basura.
Porque lo único que vale son tus palabras siempre, siempre dulces y amables,
suaves, esas que me colman de tranquilidad y plenitud.
–
Provoca todo aquello fuera de la conciencia y del juicio…
Dame amor, dame paz.
Lizbeth Adame.
Me sorprendes Adame. Dices en twitter que no te metes en política y aquí todo lo toca la política. Y lo haces bien. Sólo extraño tus textos sobre tecnología. Cuando tengas uno me avisas.
Por lo que escribes al inicio y lo que lees al final te sugiero que busques el libro de lis amores imposibles del colombiano Darío Jaramillo que escribe por ejemplo: «que el azar me lleve hasta tu orilla, ola o viento tome tu rumbo, hasta ti llegue y te venza mi ternura»
Saludos a «La reina del dancing».