Quiero más de ti porque te amo. Quiero más de tu belleza, pido más de ti porque sabiamente me has dado ojos para admirar tu imperfección.

Quizá debería decirte que estoy agradecida por mis lágrimas en ojos quietos y desesperados, quizá deba decirte cuándo ha dolido a veces. Te he perdido en ocasiones pero me he levantado.

Dicen que el pasado es pasado y que sólo en el recuerdo debe de quedar, no estoy de acuerdo. Si alguna vez te he vivido en éxtasis, en lágrimas o en gozo, da lo mismo, no pido mayor gracia que la que me has dado.

Quiero más de ti porque me has dado oportunidad de soñar, de jugar, de abrazar a mis padres, a mis hermanas y a esos cinco pequeños seres que alegran tanto mi vida. Me has permitido disfrutar al resto de mi familia, a mis amigos, incluso a aquellos que a veces les he pagado mal, pero los quiero sin duda alguna.

Quiero más de ti, de la inocencia de mi niñez cuando la felicidad significaba tener en mis manos mi juguete favorito; porque te he de confesar, con el paso de los años cada vez es más difícil comprender los porqués de este mundo. Te pido además, no me quites la capacidad de sorprenderme con pequeñas cosas.

Quiero más de ti, lléname de pasiones y de sueños infinitos. Déjame pisar las llamas más ardientes, pero también dame mucho más de tu magnificencia; pero por favor, nunca permitas que muera en ti.

No sabes cuán feliz he sido, vida, mi vida.

L. Adame.  Marzo 2, 2012.