Te pienso y te pienso… cuando estoy triste,

cuando tengo ganas de amar,

cuando tus manos recorren mi soledad,

cuando la confusión es extrema entre tu piel y la mía,

cuando estando en el cielo me pides amor, más amor,

cuando estás lejos y mis suspiros son cortos y sesgados,

cuando recuerdo tu aliento y mi ser se empeña en ti,

sólo en ti, en tu calor, en tu abrazo, en tu emoción.

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De encuentros eternos y miradas llenas de ansia,

de encuentros sin fin, con olor a ti y a mi,

con olor a fuego y canela, con olor a lluvia blanca que congela,

con el frío detrás de las ventanas, pero ardiente entusiasmo dentro,

con tu ímpetu inconfundible y el ardor de la pasión callada,

esa pasión no encontrada y revivida en ti, amor, mi eterno amor.

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L. F. Adame.

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