Texto publicado en SDPnoticias.com el 19 de Octubre de 2011 – http://tiny.cc/2x4fi
Según estudios reportados por Reuters, el abuso de Internet en el lugar de trabajo tiene un costo para las empresas de 178 mdd anuales en pérdidas de productividad, esto es, unos 50mil pesos por empleado por año.
Continuando con el tema que me ocupó en la columna anterior acerca de la polémica si el uso de internet y sus aplicaciones en horas laborales representan una pérdida de tiempo para el empleado y por consecuencia pérdida y gasto para la empresa, les comento de un caso muy sonado sobre un hombre canadiense que fue despedido por pasar la mayoría del tiempo en internet.
Este hombre, de apellido Andrews, trabajaba en el departamento de inmigración en Ottawa en 2009, lugar donde había trabajado hasta esa fecha por 27 años, era analista en el área de sistemas y gastaba más de la mitad de su tiempo laborable en páginas de internet de deportes, noticias y pornografía.
Ese mismo año, el gobierno canadiense despidió y no sólo eso, demandó al hombre en cuestión alegando “robo de tiempo”, pidiendo que se le regresara en dinero el tiempo que este hombre pasó en sus instalaciones usando sus recursos sin trabajar. Con este caso, el gobierno quería sentar un precedente para otros empleados que como Andrews pasan largos períodos en internet.
Los argumentos de defensa de Andrews en la corte fueron hasta cierto punto válidos. Él aceptó que sí pasaba tiempo usando internet, pero que su superior nunca le asignó suficiente trabajo para mantenerlo todo el día ocupado, además de que siempre cumplió con todas las asignaciones que recibía en tiempo y forma y que antes de ser despedido, nunca había sido advertido por su jefe acerca del tiempo que perdía en internet.
Apenas el mes pasado, y casi dos años después de que empezó este juicio, la juez dijo que sin duda Andrews había violado la política de uso de internet del gobierno federal al descargar imágenes pornográficas, pero que para ella no existió “robo de tiempo” como tal, que éste hombre no tenía por qué pagarle nada a la empresa, que ella consideraba que lo mejor era una suspensión temporal del trabajo, y que terminado ese tiempo Andrews debería de regresar a trabajar al departamento de inmigración.
Hace algún tiempo en la empresa donde trabajaba, en una junta del área de sistemas, área a la que pertenezco, se hablaba sobre la necesidad de aumentar el ancho de banda de la red de datos ya que el servicio estaba muy lento. La opinión de uno de los participantes de la junta fue acertada preguntando: ¿Qué cantidad de datos que se envían por nuestra red son de cosas no relacionadas con el trabajo mismo? Hablando de transferencia de emails personales, chats, fotos, redes sociales, etcétera. ¿Es necesario que la empresa esté pagando por proveerles ese servicio de comunicación personal a los empleados? De pronto se sintió un silencio en la sala y sus preguntas nos dejaron pensando a todos.
Cada vez son más las formas de comunicación que tenemos a nuestro alcance para estar en contacto con otros, estamos hablando de redes sociales, chats, mensajes, lo cual representa sin duda un beneficio para nosotros, pero las empresas esperan que los empleados sean productivos en los roles que les son asignados y que sean responsables de los recursos que utilizan para realizar su trabajo, tales como el equipo computacional y las redes de comunicación, por lo que es necesario que utilicemos inteligente y responsablemente los recursos que nos proporciona para realizar nuestro trabajo.
Con los avances tecnológicos, la mayoría de las empresas, no importando su tamaño, tienen forma de saber qué páginas navegan sus empleados y el tiempo que lo hacen. Ante esto, creo que es importante que cada una legisle acerca del uso de internet, estableciendo reglas y políticas claras, igualmente para el caso de Andrew, la empresa no tenía documentos que respaldaran que el individuo actuó de forma incorrecta. Si hubiera existido una política de uso de internet y equipo computacional incluída en el contrato la cual hubiera sido firmada por el empleado como compromiso de que se apegaría a tales reglas, la empresa sin duda hubiera ganado el juicio, y en efecto, hubiera calificado como un robo. Pero como quien dice, les salió el tiro por la culata ya que incluso tuvieron que regresar al empleado su puesto de trabajo. ¿Interesante no?
Parte 1: Texto publicado en SDPnoticias.com el 18 de Octubre de 2011 – http://tiny.cc/6wtmg